EL CONCURSO SEMINAL (Relato- Primera parte)

 





       Nada más entrar al antro, Alex buscaba a los del grupo con la vista. Recorrió la zona de la derecha en la que habitualmente se acomodaban, entre la rampa de salida de la cinta de aprovisionamiento y la enorme pantalla extensible de visionado. El local de aspecto tan funcional estaba dotado de luces indirectas de alta resolución, pero al estar graduadas para ambiente íntimo no se distinguían las figuras todo lo deseable que exigía la perspectiva desde la periferia.

     Dio con ellos al poco, observándolos sentados más al fondo que de costumbre. Tras de encargar su brebaje de sabor azur ácido, se les acercó. Les saludó. Era muy importante conservar las formas.

     - ¡Ey!

     - ¡Eho! – fue la respuesta a coro de los cinco allí reunidos.

     - Creíamos que vendrías con Natale… – era Celes quien le preguntaba.

     - …que para algo es tu colega y nos debe una invitación por su cumpleaños – completó la frase Tina.

     Les llamaban los telépatas a estos dos y también los Celestina a sus espaldas. Celes no tenía nada de celestial, pese a su nombre real Celestino. Parecía estar siempre enfadado, por lo que le hubiera convenido más el de Tormento o Depresión. Agustina tampoco hacía honor a su apelativo porque nunca daba la sensación de estar a gusto. Portaban ambos un casco traslúcido para evitar que fueran captados sus pensamientos, decían. Y, sin embargo, sí debían poseer algo de telepatía porque el uno terminaba la frase interrumpida o inacabada del otro hasta redondearla.

     - Sí, sí. Ya es hora de que se presente – insistió Licua.

     - Sin duda. Porque al final va a tener que intervenir la autoridad organizativa por faltar a la asamblea – corroboró Lito.

    Lito vestía su habitual buzo rosa hasta el cuello y sus gafas negras. Su cara inmutable, como de piedra, cuadraba con su nombre al igual que un traje a medida y lo mismo que un apodo. Las mismas gafas oscuras portaba Licua, por lo que no había lugar a dudas respecto a la identidad de la pareja, pese a la escasa luz. Por el contrario, ésta última llevaba un mono azul y los labios y el pelo del mismo color. La excesiva gesticulación de su rostro contrastaba como un shock con la cara de pergamino de él. Les llamaban la pareja perfecta porque mantenían siempre posiciones enfrentadas en cualquier debate, lo que les hacía completarse abarcando todo el abanico de perspectivas. Así la opinión de uno de ellos era compensada con el arco de opciones e hipótesis restantes expresadas por el otro, con sus pros y contras.   

     - Me ha comunicado que no va a poder reunirse – respondió Alex -. Ha tenido que asistir al funeral de su padre. Ya sabéis que su progenitor se negó en todo momento a someterse al proceso de regeneración.

     Se refería al procedimiento en que se reconstituían los cuerpos con tejidos creados a través de células madre de otros humanos, del propio interesado si había tenido la prevención de hacerse donante de sí mismo, o incluso de animales. Natale, alias Bola de carne por su obesidad, también conocido por el apelativo de Orbital al ser experto en sistemas de navegación y todo tipo de naves estelares, era el mejor amigo de Alex. Algunos lo consideraban un tanto repulsivo, dado el exceso en las muestras de su afectividad, pero para éste su lealtad y temperamento conciliador le conferían un valor incalculable.

     Alejandro, Alex, era el nombre auténtico de Canon, sobrenombre por el que le conocían en todo el orbe. Así era llamado más por haberle impuesto tal mote sus padres (en honor al investigador protagonista de una antigua serie de televisión) que por ser el creador del canon del potenciador, el avance del siglo. Tenía la apariencia de un ciudadano radicalmente normal con su camiseta descolorida y el pantalón de chándal, tan normal por exceso que se hacía extraño en cualquier ámbito, dado que todo el mundo confería a su aspecto ordinario una imagen rara o destacada que lo entresacaba del resto. Su ropaje corriente y su proceder natural lo hacían sospechoso a la vista de todos.

     Se sentó frente a Trash, quien casi siempre callaba, pero cuyas escasísimas apreciaciones eran tan provocativas, tan pura controversia, que sentaban criterio y precedente. Nadie se metía con él si no quería ser objeto de las invectivas y acusaciones hirientes. Se diría que sus diatribas estaban reflejadas en los anuarios de la polémica más recalcitrante. Se cubría con un atuendo vintage, camisa a cuadros, cazadora y pantalón vaquero, así como unas botas camperas de caña alta. Remataba su vestuario con una gorra del tipo de las viseras de béisbol.

     Quedó en suspenso la reciente frase de Alex, produciéndose un silencio incómodo. La falta de costumbre de entablar un diálogo directo tenía esos inconvenientes que alteraban los nervios. Cada uno de ellos hubiera preferido comunicarse con los interfonos transmisores, que tan cómodos les resultaban para intercambiar mensajes en el aislamiento de su soledad. Sin embargo, allí estaban prohibidos. Estaban deseosos de poder hacerlo, pero estaba testado que su sola activación hacía saltar la alarma del pulsor electrónico del local. Tanto era así que las reuniones eran una pura tortura verbal, aunque de obligada asistencia por la directriz del estamento de lo social para la comunidad.

     - ¿Os dais cuenta de que en muy pocas fechas estará lista la transportación instantánea? Su avance no tiene límites… ¿O no? No sé– comentó Licua, cuyo seudónimo obedecía a que era tan inconsistente y dubitativa como el líquido elemento.

     - Es cierto. Pronto se llegará a dominar el cosmos. En cuanto los centros de recepción y emisión estén instalados por todas las constelaciones… - informó Celes.

     - … La posibilidad del viajero interestelar por teletransportación aumentará de forma exponencial – rubricó Tina.

     Se referían al hallazgo de la Ilimited Corporation S.A., que ya había anunciado la perspectiva de tener instaladas las cámaras transportadoras por todo el orbe en breve.

     Transcurrido un nuevo intervalo de mutismo que se extendió entre los sentados a la mesa, tomó la palabra Lito…

     -Y ¿qué os parece la curiosa noticia del virus informático en la Security Systems Enviroment? Resulta gracioso.

     - Sí – comentó Alex -. Sobre todo, por tratarse de una empresa dedicada a la seguridad de las comunicaciones telemáticas. ¡Cualquiera se fía de contratar sus servicios!

     Un silencio aún más profundo cortó los intentos de arrancar de las gargantas un nuevo asunto. Tan acostumbrados estaban a autocensurase antes de iniciarlo. Dos minutos después Trash rompió el hielo…

     - ¿Qué hay sobre el fallo del tribunal respecto a la C.O.M.E.Com.? ¿Se ha rechazado tu reclamación de la patente del potenciador? ¿Cómo va?

     Se refería sin duda al contencioso que mantenía Alex con la mencionada empresa acerca de la invención de un estimulador de la capacidad cerebral. Consistía en la configuración de un sistema y el aparato resultante que mediante la activación del cortex cerebral, el tejido nervioso que cubre la masa encefálica, posibilitaba la concentración y la aplicación de algo más del cincuenta por ciento de la potencia neuronal. La especialización consiguiente y el empleo en la ideación de nuevas perspectivas y avances tecnológicos, desconocidas ecuaciones e hipótesis, serían concretadas en sorprendentes realidades. Y el ulterior desarrollo de un protocolo de actuación con el potenciador acabaría revolucionando la tecnología y toda la concepción de la física, la genética y la química última.

     Al tratarse Alex de una persona carente de medios había tenido que confiar en la entidad industrial denominada en castellano C.O.M.E.Com. (Centro Orgánico de Modulación Evolutiva, Compañía), que supuestamente le había hecho firmar una cesión de derechos sobre la patente con la contraprestación económica oportuna. No obstante, Alex sólo recordaba haber firmado un documento de compromiso dirigido al desarrollo recíproco por el apoyo técnico recibido.

     Todos los reunidos en aquel local sabían que aquel era un tema tabú, por lo que tras responder Alex…” simplemente no va”, el inmediato lapso de silencio se impuso. Al cabo del mismo, se dio por terminado el cónclave despidiéndose.

     -Bueno, chicos, tengo que irme a disponer lo necesario para un proyecto sobre el que trabajo. Ya nos veremos- concluyó Alex.

     - ¡Bueee…! – fue la respuesta coral del resto.

                             **********************************

     La noche observa una colmena de luces, las de las madrigueras en que se esconden las personas. Por demás, incluso alumbran las avenidas unas farolas, si bien son innecesarias porque nadie, salvo las cámaras de vigilancia, pasea la vista por las calles y el cielo de abierta oscuridad. Únicamente los centinelas dedicados al mantenimiento de los sistemas permanecen en vela. Los individuos reposan o resarcen sus mentes en las cabinas de sus potenciadores Neur A-II, dentro de sus moradas. Cada cual dispone de la suya. En este mundo de las grandes conquistas tecnológicas queda pendiente la reconquista del espacio urbano para el uso y disfrute de los ciudadanos.

     En tanto regresaba a casa recordó Alex el último de los encuentros de su verdadera camarilla de amigos, el club de la síntesis. Aquella reunión fue el hito más decisivo para los intereses de sus componentes y logró dar forma a decisiones transcendentales para su devenir futuro. Se produjo en una abadía abandonada descubierta por Laetio, el de los pelos en punta, uno de los miembros básicos de dicho círculo por ser el registrador geográfico y meteorológico, cuyas coordenadas nos facilitó por el método usual del mensaje contenido en una pizza de la empresa “El caníbal”.

     Comenzó la junta con una lectura de las conclusiones relativas a la cita anterior. Esta era la parte que denominaban tesis. El texto luego leído había sido recogido y sintetizado por escrito a través del secretario al que llamaban Ónoma. Todavía conservaba Canon la copia de dicha anotación en un compartimento secreto bajo el aparato reproductor audiovisual. Decía así…

       >”- Consideramos que éste es un orbe plagado de invenciones y avances de la ciencia. Pero muy poco lo disfrutan sus creadores. Los A-II prometen una libertad sobre la base del viaje cerebral, la adquisición de una explotación casi total de nuestra inteligencia elevada a la enésima potencia, gracias al dispositivo, y que permite ser aplicada a las inquietudes individuales.

     Pero está comprobado que resulta complicado despertar del sueño inducido (también llamado ensoñación invertida) y someterse de nuevo a las leyes naturales de la física y la gravedad. Cuesta salir de la fase de ensoñación, con el consiguiente aturdimiento cuya duración es incierta en realidad, ya que no se es consciente de lo que nos rodea hasta transcurrido un lapso temporal indeterminado. De hecho, a veces se tiene la sensación de no estar en plena vigilia hasta no requerir un nuevo enclaustramiento en la máquina. Las conexiones internas del arca A-II proveen de alimentos y gestionan el mantenimiento muscular y físico en general mientras se está inmerso en su acogedor fluido termal, pero se pierde toda noción externa.

     Ahora bien, al desvelarse se amanece muy cansado, sometido a unas espantosas migrañas. Se convierte al usuario en una especie de zombi insensible, que además no recuerda en qué ha invertido su tiempo. Acapara tanto la mente que no existen los sentimientos. De esta manera, la sociedad apenas tiene relaciones interpersonales. Si no fuera por la obligación programada y estipulada de salir del sueño una vez al mes para ponerse al día del mundo, para los contactos personales y las gestiones legales, se estaría permanentemente conectado.

     Este último siglo ha conseguido lo que parecía imposible lograrse en millones de años. En nuestro cosmos prima la técnica y la ciencia sobre el placer de los sentidos. El mecanismo denominado “Jardín del amor” es la respuesta al disfrute de la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. El transportador es la solución a los problemas dinámicos y de traslación de un lugar a otro. Reduce y desintegra atómicamente un cuerpo hasta convertirlo en una ecuación, una conjunción de datos nómicos e informáticos que luego son disparados en una red de conexión en tránsito para luego reintegrarlos en un centro receptor al otro lado del mundo. Esto es innegable.

     Y esta posibilidad dio paso al florecimiento de empresas de informática centradas en la seguridad del trasvase de información (claves, secuencias y logaritmos al uso) como la Security Systems S.A.

     Si no fuera por el simulador muscular y corporal, que incorpora la mente a juegos e imágenes y que, mediante la estimulación por impulsos eléctricos, el calor, las vibraciones y el magnetismo recuperan y ejercitan los músculos y órganos internos, no habría manera de impedir su anquilosamiento.

     Es la era del desarrollo total de la biotecnología, de la genética y la biología, de la medicina y la anatomía psicosomática activa. De ahí el concurso seminal, que selecciona el A.D.N. más desarrollado, el aporte básico para la eugenesia. El dominio del átomo, sus formaciones, procesos, movimientos y cambios, ya no tienen ningún misterio.

     Qué decir del neutralizador, que ha sustituido a la mayor parte del sistema judicial y legal. Detecta, evalúa y somete a todo aquel que infringe los delitos socio-pacíficos y las incongruencias políticas. Y sobre todo decide sobre los crímenes contra la propiedad intelectual e industrial, que hoy en día son los más penados. La propia estructura funcional propone y opta por lo más conveniente en cada caso: la supresión neuronal, el destierro, la reclusión en cámaras de negativo o la sedación eutanásica.

     Hasta tal punto funciona el sistema que son escasos consecuentemente los correccionales o los círculos policiales denominados Nomos, que identifican, localizan el quebrantamiento ético al momento. Y señalan y lastran al infractor al utilizar los medios tecnológicos o al conectarse a la Gran Gea, nuestra incontestable base de datos. Seguidamente los pone a disposición de la base del neutralizador.

     Todas esas conquistas nos han hecho la vida fácil y sin límite. Pero… ¿dónde ha quedado el hombre antiguo con sus limitaciones que lo hacían humilde y considerado? ¿Queda algo de su libertad, de su sentir, … de su alma?” <

     Resuelta esta fase de la junta, se pasó a lo que designaban antítesis y que consistía en la expresión y debate de todas las opiniones contrarias al respecto de las decisiones antedichas. Sólo hubo unos pequeños desacuerdos:

      El primero relativo al llamado concurso seminal que decía premiar los mejores talentos y las inteligencias superiores de individuos concretos instándolos a ceder la secuencia de su A.D.N. a favor del desarrollo humano. Según opinión de Daga, del centro de recuperación de personas seniles, aquello entrañaba el peligro de provocar la selección genética y la depuración de entidades humanas descartadas o poco afortunadas. Todo ello bajo el pretexto de la capacitación de la especie y sobre la base de una idea alimentada con una recompensa económica. Por lo cual su ejecución debía ser puesta en tela de juicio y temporalmente en suspenso.

     A la hora de decidir sobre este punto el conjunto de los asistentes adoptó tal posición enunciada por Daga.

     La segunda discrepancia tuvo como motivo el efecto pernicioso del potenciador. A ese respecto Malo, un escritor y filósofo de reconocido prestigio mundial, decía que frente a los beneficios adquiridos con su uso se producía un enorme vacío y un perjuicio sobre las conciencias y los sentimientos. Él pensaba que el continuo abuso de tal aparato podía estar siendo pervertido y controlado por alguna entidad gubernamental para insensibilizar a la población y cosificarla, convirtiendo a todos en meros títeres movidos al dictado de grandes empresas. Pretendía que, en lugar de generar un desarrollo mayor del cerebro, lo que hacía era degenerarlo, rebajando los umbrales de la consciencia y relajando, sino neutralizando, el poder de rechazo y crispación, de rebeldía y dinamismo. Y por fin, cortocircuitando cualquier movimiento de rebeldía, de lucha y todo alzamiento revolucionario en contra del sistema.

     Aquella exhortación le produjo a Canon una profunda impresión. Más aún cuando él había sido el origen de tal mecanismo. Tanto fue así que le dejó un tanto paralizado y dubitativo. De tal manera que llegó el tercer paso del cónclave en que resolvían las posibles posturas enfrentadas si las había, designado como la síntesis, de ahí el nombre del club. Y en ese momento Alex no supo hacia dónde se inclinaba realmente su opinión y optó por una solución de compromiso. Se mantuvo indeciso y tuvo que abstenerse en la votación sobre la moción de rechazo del potenciador presentada por Malo. Más todavía con la previsible adopción de acciones contra el uso del aparato.

     Tal votación, sin mayoría suficiente para determinar el ejercer medidas de presión ante las autoridades gubernativas, dejó muy inquieto a Canon. Sentía como que había traicionado el espíritu del club. Durante una larga temporada estuvo sopesando aquel contenido ominoso declarado por Malo. El desasosiego y la angustia convertían aquella reflexión en un mal presagio y le confería un trasfondo de veracidad. Finalmente tuvo que reconocer que no estaba exento de razón.

                   ***********************************

     Se encontraba Alex a las puertas del apartamento de Natale, recién descendido del tren monorraíl. Prefería este medio de locomoción a las naves convencionales que tanta inseguridad le producían al ser el objetivo de sabotajes y averías. Tardó en abrirle su amigo. Probablemente estuviera en “estado de hibernación”, como les gustaba decir a ambos aludiendo al uso del potenciador.

     Tras franquearle el paso le dio un largo abrazo a Canon que hubiera puesto la incomodidad como una barrera en cualquier otro que no fuera él. Pero estimaba a Natale y conocía sus reacciones sentimentales. Soportaba con estoicismo sus muestras de afecto. Nunca hubiera desconfiado de sus reacciones y su sentimiento de amistad. Además, era mutuo el cariño y jamás podría ser falseado.

     - ¿Qué tal?, ¿cómo lo llevas compañero? - le preguntó Alex.

     - Todavía casi no me hago a la idea de su ausencia. Ya sabes que estábamos muy unidos mi padre y yo – abrió los brazos con aspaviento de súplica y una lágrima brotó de sus ojos.

     - Lamento profundamente su pérdida por ti, ya que apenas lo conocía. Y me uno a tu dolor. Orbital, puedes contar conmigo para lo que necesites. Si te apetece podemos entrar juntos al jardín del placer y emborracharnos hasta perder el sentido.

     - ¡No, no! No será necesario. Y además prefiero recordarlo y sentirlo sin adormecer mis sentidos, como si lo tuviera a mi lado.

     - Recuerda que te necesitamos.

     - ¿Te refieres al club de la síntesis?

     - Hablo de mí mismo. Es cierto que para el club eres imprescindible, pero lo cierto es que sólo quería transmitirte mi propia cercanía. A pesar de todo también tengo que comentarte que dentro de poco nos reuniremos. El proyecto de localización del asteroide al que podríamos viajar está muy avanzado. Pero aún tenemos que discutir el protocolo de acopio de medios y la fórmula direccional más oportuna para que los sensores de detección de la Gran Gea no nos localicen. Conoces de sobra que ese magno ordenador ejerce el control total de todo sistema conectado a cualquier aparato situado bajo su dominio o que utilice sus redes de datos e información.

     - ¡Déjalo! No tienes que incidir en algo que comprendo a la perfección. Pero no me encuentro con ganas para nada. Por otro lado, hay que andar con cuidado. Cada vez son más eficaces desvelando amenazas o conjuras contra el statu quo. Avísame cuando se vaya a producir la próxima reunión y ya te confirmaré si puedo acudir.

     En ese instante percibieron el sonido del portero automático. En la pantalla aparecieron dos tipos con sombreros y trajes negros que parecían funcionarios de algún departamento del Neutralizador.

     -No es posible que nos hayan detectado tan inmediatamente. Que sepamos el club no está todavía en el direccional de entidades proscritas –se quejó amargamente Natale.

     - Tranquilo. Abre. Si es así también saben que estamos aquí dentro. Así que es preferible conocer lo que ocurre y, en todo caso, atenerse a las consecuencias.

     Al abatir Orbital la compuerta los singulares personajes saludaron con una especie de reverencia muy formal.

     -Hola. Buenas tardes. ¿El señor Natale?

     - Sí, soy yo.

     -Pertenecemos a la Iglesia de Dios-Hijo. Y en primer lugar queríamos transmitirle nuestras condolencias por el fallecimiento de su padre. Como sabe, Liberto, su progenitor, era un miembro muy activo en nuestra congragación, uno de nuestros mayores valedores y colaborador infatigable.

     - Sí. Lo era.

     - Tampoco le será desconocido que nuestra iglesia cree en un solo Hombre- Dios que engloba a la Trinidad. El Hijo sufrió la transformación a Dios cuando se sacrificó por el hombre y resucitó. Y ascendió a los cielos por obra del Espíritu Santo, que reside en todos los seres del universo, sean personas, animales, vegetales, cosas o entes y energías inmateriales. Y reunió en sí mismo la condición de espíritu al modo del antiguo panteísmo.

     - Bien sí. Pero no acaba de decirme qué es lo que desea –intentó recuperar Natale el hilo original de la conversación.

     - Pues verá. Como le iba diciendo, Él, nuestro Señor, no admite la suplantación de cuerpos por la regeneración de órganos mediante la germinación de tejidos, es decir utilizando las células madre. Tenemos conocimiento de que su padre de usted dejó dicho y escrito en sus últimas voluntades que quería ser incinerado y que sus cenizas fueran esparcidas en el espacio infinito por una nave sideral…

     Los gestos evidentes de que los dos amigos comenzaban a impacientarse hicieron intervenir al otro individuo, que parecía mantenerse a propósito en silencio, pero que también traslucía cierto ascendiente de grado sobre el otro.

     - ¡Oh, perdone a mi compañero, que ha olvidado las más elementales normas de cortesía! Somos Damián – señalando a su camarada de al lado – y Cosme, yo mismo. Y además de manifestarle nuestro pésame queríamos confiarle nuestro deseo, primero, de que se integrase usted en nuestra confesión. Y en segundo lugar transmitirle la petición de que ofrezca la cesión de los órganos de su padre para trasplantes antes de que se pierda la posibilidad ante la cremación, dado que necesita de su consentimiento y beneplácito legal.

     - Pues bien, como usted mismo ha dicho la voluntad de mi padre era ser incinerado y en ningún caso me atrevería a contradecir su deseo expreso. Y al tiempo decirles que bajo ningún concepto tengo intención de integrarme en su… secta. Así que por favor abandonen esta morada y váyanse por donde han venido.

     - Pero, pero, ¡Oiga…!

     -Ya les he dicho todo lo que les tenía que decir.

     - Y muy bien dicho, por cierto – intervino Alex.

     - ¡Se arrepentirán! ¡En este mundo o en el próximo! – amenazó el que dijo llamarse Cosme.

     - ¡Cuán largo me lo fiais! – remató Orbital alargando su brazo en dirección a la salida, invitándoles a marchar.

     Tras de irse…

     - ¡Joroba, qué tensión! Pero te felicito por cada palabra que les has dicho – corroboró Canon dándole una palmaditas en la espalda.

     - Venga, dejémoslo. El caso es que me han provocado un dolor de cabeza infernal y un mal humor tal que estoy que exploto. Tener el valor de pedirme que ceda el cuerpo de mi padre cuando todavía está casi caliente. Y solicitar encima que incumpla el último testamento suyo y su mayor anhelo final. Perdona, pero ya no estoy para debatir sobre los asuntos del club.

     - ¡Claro, claro! Lo entiendo. Querrás además estar solo. En todo caso si necesitas compañía sólo tienes que decírmelo y estaré a tu lado hasta que me eches.

     - ¡Oh, vale! Sin embargo, la verdad es que prefiero estar a solas, aunque sea llorando y amargado. Ya te avisaré.

     - De acuerdo. Pero no lo olvides, te necesitamos. O más bien te necesito, amigo.

     Dicho lo cual hizo un gesto de despedida y se fue.

                           *******************************

     La sociedad coetánea de Alex es un conglomerado de gente dispar que no es de izquierdas ni de derechas. Su círculo lo conforman individuos que no pertenecen a ninguna clase social determinada, no hay ricos ni pobres, o al menos así lo parece. En realidad, casi nadie sabe qué vida se desenvuelve delante de sus propias narices. En ciertos ambientes se dice que unos pocos gobiernan como emperadores, ejerciendo un control universal, aquellos que algunos denominan los dominadores, mientras los demás son dominados. Bien pudiera ser así porque la férrea supervisión de los canales de información y de las agencias de noticias hace imposible averiguar la situación real de la población.

     La Gran Gea extiende sus tentáculos sobre todos los ámbitos de conexión y circuitos de comunicación. Las agencias de noticias son en realidad un placebo. Cualquier empresa de informativos es un sucedáneo de la imparcialidad que es exigible a este tipo de compañías, convirtiéndose en un instrumento de propaganda y divulgación de mensajes dirigidos por los estamentos oficiales. Incluso las presuntas controversias entre ellas no son otra cosa que una falacia, la impostura ficticia obligada para dar una imagen de pluralismo.

     También los medios de comunicación de masas se diría que son un invento de la propia Gran Gea para regir y vigilar las misivas de cualquier individuo, impidiendo la divulgación de todo lo que le pueda resultar perjudicial a este magno ordenador y los dirigentes que lo manipulan. Alcanzar el máximo nivel en la C.O.M.E.Com., que lo creó, significa casi con seguridad lograr la cúspide del propio escalafón en el centro rector de la Gran Gea. Las altas categorías de operarios y gestores de esa misma empresa, que atesora el noventa por ciento de la riqueza internacional, son el foco que sustenta las comisiones políticas y sociales de la Coordinadora de Ciudadanos Libres, entidad que supuestamente dirige el gobierno y el futuro del mundo. Los distintos cuerpos de administración política y social de todos los países no son otra cosa que títeres en sus manos.

     La maquinaria de sus sistemas operativos se halla aislada en una cámara segura protegida por circuitos detectores de cualquier ataque cibernético, fuera del alcance de toda clase de energías electroquímicas, magnéticas o de fuerzas que le puedan dañar o representar un peligro potencial. Solo posee una puerta de salida y varias de entrada (cada una de ellas oculta por unidades algorítmicas encriptadas), permitiendo un acceso selectivo imposible de franquear sin permiso.

     Hay quien piensa todavía que existe la tan cacareada egocracia, cada uno ejerciendo su dominio y poder sobre un mundo creado a su antojo mediante el potenciador. Como “una democracia real que permite manifestarse y ejercitar el voto sobre todo asunto que merezca la opinión del ciudadano”, según la propaganda con que se anuncian y que únicamente pretende el autobombo del gobierno. Sin embargo, tal parece que ese sistema lo único que consigue es relajar las conciencias y desactivar cualquier disensión e intento de desestabilización y ruptura, de crítica o secesión.

     Eso sí, existen por otro lado las tendencias o facciones radicales enfrentadas. Sobre todo, en lo que atañe a la controversia entre los que se sirven de medios un tanto arcaicos como los dispositivos manuales de conexión y los implantofilos. Los primeros rechazan la microcirugía y la nanotecnología en el cerebro o en los miembros frente a éstos últimos.

     Tal es la comunidad actual.

                          ******************************

     El portero automático sonó en el domicilio de Alex. Era el repartidor de pizzas que esperaba. Descontado el importe de su tarjeta base, extrajo de debajo de la masa el papel enviado como si se tratase del mensaje de una felicitación encerrado en un sobre. En él se le convocaba a una reunión del club para el siguiente martes.

     Rellenó una cuartilla con un texto similar, variando únicamente la firma y el saludo inicial, y lo metió en un sobre parecido al recibido. Minutos después salía de casa en dirección a un dispensador de la misma cadena de comidas cercana y encargaba una pizza destinada a Trash, aportando su dirección, en la que ordenó incluir el sobre cerrado. Esta era la fórmula habitual de pasarse información entre la gente del club.

      Por entonces existían colectivos como el club de la síntesis que eran considerados por algunos como clanes antisistema. Formarían asociaciones de gente de confianza, escogidos individualmente en orden a los contactos de amistad y lealtad. Entre ellos los comunicados no utilizarían la conexión telemática habitual porque podía ser interceptada.

     Como un ritual sus informaciones se transmitirían en el antiguo papel con grafías escritas a mano. El intercambio de misivas se haría mediante una empresa considerada clásica y dedicada al catering. A los hombres les gusta conservar ciertas costumbres y recursos considerados anticuados, pero que les confiere un sentido de continuidad con los ascendientes y la tradición. Así ocurría con el negocio de comida rápida “El Caníbal”, especializado en la confección y entrega de pizzas, pollo y platos sencillos para calentar y servir. A través de sus repartidores pasarían desapercibidos los mensajes escritos incluidos en los paquetes de comida.

     Algunos de los componentes del club pertenecían al círculo de compañeros de Alex conocidos desde la niñez, como Natale. Otros habían sido asimilados desde la plantilla de integrantes de su empresa, destinada a los componentes electrónicos y a las aleaciones especiales de metales. Este era el caso de Dante o Lidia, que acabaron siendo los más entusiastas para enfrentarse al dominio de la C.O.M.E.Com. Algunos como Atila o Trash procedían de la agrupación formada artificialmente por la obligación del sistema a interrelacionarse, lo que denominaban el grupo, y que habitualmente se reunía en lo que fueron antiguamente las universidades.

     El hecho es que los integrantes pensaban que las corporaciones de empresas generaban y usurpaban toda la riqueza mundial. En un primer momento tales compañías nacieron como algo novedoso o de moda, que permitía condensar los recursos necesarios para llevar a cabo las más sobresalientas innovaciones. Así se generó el potenciador y sus cabinas personalizadas, que al conectarse armonizaban el pasado y el futuro acomodándolos a un cosmos único y generado al antojo de cada individuo.

     Lo que en principio significaba conseguir el descanso imprescindible actuaba en realidad como una función de control remoto, sujetando y activando la energía mental a conveniencia de la élite económica de la empresa por medio de la conexión a la Gran Gea. Y así utilizar los cerebros como un generador de ideaciones y nociones aplicadas a sus propios proyectos y a su praxis.


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