MUNDOS CARDINALES QUE CONTEMPLA EL MAR DE ESTRELLAS (Poema)
Mundos cardinales que contempla el mar de estrellas
traspasando sórdidos pasajes que se cierran en oscuridad.
Manos y rostros van segados al caminar,
lloviéndoles los ojos, cuerpos encogidos gatean.
Transeúntes doblegados ya por el peso
de sus recuerdos desaparecidos hace tiempo
se detienen en los muelles de renuncias viejas.
El aire sin olor les mortifica las fauces abiertas.
La sangre no les llega y la ropa no tapa el hueco
ni tan siquiera sus vergüenzas al viento.
Sajados se ultrajan, se inclinan por las veredas.
Sus voces son sometidas por mordazas de seda,
voces pequeñas que afrentan a los cielos.
Rendidos aún, quieren vivir como mínimas cometas
mientras explotan sus quejidos que ciegan.
Inmenso firmamento de negros destellos,
borrosos reflejos que son sólo ecos,
vaporosas telas que son al final mentira.
Junto voces para describir y hablar con difusas líneas
de este adicto al olvido total, y que lágrimas resecas
permitan ver otros ojos enrojecidos y líquidos.
¿Cómo mostrar que se han leído mal
las palabras de este escrito?
¿Cómo permanecer impasibles
ante una sonrisa malograda y en vilo?
La renuncia y las preguntas entran por la puerta.
Que no se contenga el llanto soberbio
cuando tan poco queda del hombre que se fuera.
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