OCURRIÓ DESPUÉS DE LA NEBLINA (Poema)
Ocurrió
después de la neblina…
Un aire
taciturno se volvió
aroma intenso
de excrementos.
Apuntó a la
vista un campo
de restos
metálicos, una fronda
de cables y
maleza de lámparas,
donde el reloj
giraba a la contra
de las horas
que despiertan.
Se truncaban
heridos los troncos
de hormigón
armado en piezas
y los
cortafuegos de ladrillo y cemento.
Arbustos de
alambre, ferodo y plástico
nacían entre
caminos de acero
y espadas de
hierba irrumpían
incluso en los
tejados de hojarasca.
Y los hombres
sólo eran sombras
que ya no
perseguían su alma
ni sus ideas,
sino seguían a otros hombres
sin forma que
vestían plomo y seda.
A veces
también acosaban
a hombres de
piel diversa
vestidos con
jirones de niebla y lodo.
Se anulan las
horas de cobre,
las horas de
plata sucia
y las horas de
oscuro acero.
Y se completan
los últimos alientos.
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