MALA SUERTE (Poema)
A ratos no puedo olvidar mis penas.
Y quisiera que mi vida
se limitara apenas a un segundo,
para no tener prisa en fingir
lo que pudo ser el camino ancho
y jamás llegó a un rumbo de vereda.
A las trenzas de la niebla
quise atar un alba cristalina,
pero sin sol se me fue la mano
como con la tinta china y salió
una noche de tormentas y rayos.
Descubrí la isla más hermosa
y fui su pregón a los cuatro vientos.
Al poco no cabía un alma sola
y comprendí con desconcierto
que no quería ser descubierta.
Robé los sueños y quimeras de tu diario
y, al ir a conquistarte, surgió tu fuego,
pero prendido en ojos extraños.
Abrí la boca para decir fuerte “vivo”,
la única palabra, y, al salir de mis labios,
sólo grité un silencio de muerte.
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