RELATOS CORTOS II

 

                    EN EL METRO        

     Se colocó su sombrero con la pluma verde antes de tocar el pulsador del metro recién llegado, pero la puerta no se abrió. Volvió a intentarlo con otro vagón y nada. Iba a llegar tarde sin remedio.

     Observó en el andén de enfrente a un vejete con abrigo, en pleno verano. Se tambaleaba ebrio al límite del apeadero, a punto de desplomarse sobre las vías.

Se dirigió a una pareja de vigilantes de seguridad gritándoles para advertirles del peligro. Parecían no oírla, aun estando a pocos metros, mientras hablaban sin percatarse…

    -Hoy se ha parado un convoy como en Julio pasado cuando se tiró a la vía aquella vieja del sombrero con la pluma verde.

 

 

                     LA PROMESA 

       Pero no había llegado. Y lo había prometido. Así lo determinaron las palabras del líder, del anciano. Y todas las señales se habían cumplido. Pero no.

     El grupo, con tristeza y caras ausentes, imitó la decisión del guía. Tomaron aquella pócima amarga y juntaron sus manos formando un círculo. Esperaron…

     Al poco sintieron como un estallido. Duró lo que un chispazo después de despojarse de sus atuendos y depositar en la carpeta el documento de donación de sus haberes a la congregación. Y por fin vieron el nuevo orbe donde se entregaría sus espíritus a las estrellas.

   El anciano se levantó de su trono y recogió la carpeta. Con paso calmo y sin mirar atrás se fue.

 

                              LOS AMOS

       Deben estar muy locos o muy desesperados, pero nunca entenderé por qué

recogen  mis defecaciones y las guardan como un tesoro en una bolsa.

 

                              MENSAJE DE LA C.P.U.

     Seleccioné la aplicación del optimizador en el móvil. Apareció un mensaje de la C.P.U. que me proponía enfriarlo por sobrecalentamiento. Así lo hice tocando dicha función. Un nuevo mensaje apareció en la pantalla. Lo abrí. No podía creer lo que decía.

     -Enfriado, vuelve el calor. Señor, tu roce me enloquece. Amor.

             

                         OTROS TIEMPOS

       El hiperdinamismo, el casco selector y otros avances de naturaleza parecida habían terminado por hacer la vida un poco más fácil en su mundo y en los otros ochenta y tres mundos paralelos.

     Rindió cuentas con una reverencia a la máquina O.C. y se preparó para una feliz jornada de sueño.  Por último, se miró al espejo.

     Era un hermoso y grasiento estómago recogido en la cama.

                 REDES  

  Me inventé un falso grupo de Rock y lo divulgué por las redes. Internet me devolvió un montón de fans y una demanda judicial real por plagio de una canción que se me atribuía.

                SUEÑO DE NIÑO      

     Al despertar todavía recordaba parte del sueño:

      Aquel sacerdote vestido con su alba, su casulla, su estola y su tiara se agachaba en la orilla del río. A su lado una mujer arrodillada y metida hasta la cintura en la corriente parecía orar agachada. El clérigo, con un aspecto que le recordaba a su padre, tomó por la cabellera a la mujer levantándole la cara y sumergiéndola de seguido en el agua. Tembló al comprobar que era la imagen de su madre y que cambiaban sus facciones cada vez que la hundía en el agua.

     El niño de seis años se le acercó. Ella le miró y le dijo:

     -Debes vivir tu vida. Ya no puedo ser más tu madre.

     El niño no pudo reprimir un llanto desesperado.

       Su madre le oyó y se le aproximó a la cama…

     -¿Qué te pasa?

     - Nada, sólo ha sido un mal sueño.

     Volvió a taparse con las sábanas hasta la nariz. Pero el niño siguió llorando…a escondidas.

   Nunca olvidó aquella pesadilla y nunca recuperó a la madre de entonces, sin arrugas, sin esa tripa que le iba creciendo y sin aquel gesto de cansancio.

 

                         SUEÑO     

 Siempre había desechado la idea de los sueños premonitorios o admonitorios.

     El día que tras soñar con gladiadores despertó con las manos rojizas, como ensangrentadas, no se lo podía creer.

     La mañana que se desveló con la viva imagen de una espada cayendo sobre su cabeza ni siquiera tuvo tiempo de despedirse.

                        PARADOJAS

 

       Había educado a sus hijos en la tolerancia y jamás les permitiría transgredirla.

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       Había llegado a esos principios y esos valores por pura convicción. Muchos castigos y sinsabores les había costado a sus padres.

 

                      PERSEGUIDO

       Me persiguen a la carrera, hasta el borde del lago. Atenazan mi cuerpo con sus frías manos, hunden mi cabeza bajo el agua y me asfixio.

     El coche está estacionado junto al estanque. La pareja se besa, ávida de sexo. Me acerco con cautela percibiendo una luz en el interior. Un fulgor que me permite verlos, pero ellos no me ven. Tomando la navaja voy a abrir la puerta del conductor. Notan mi presencia. Les miro con satisfacción, con sorpresa y luego con pánico. Huyo hasta la orilla, donde me doy la vuelta. Miro a sus ojos fríos con actitud de súplica. Al resplandor de sus rostros casi transparentes.

     Es la misma pareja que tuve el placer de asesinar hace un año.

           SINO DE ORÁCULO

        Ella tensó la cuerda hasta quedar tirante, vibrante como para la más secreta y arcana de las músicas.

     El Hoplita se debatía ante su enemigo a mandobles de espada con una energía que amenazaba con traspasar incluso la coraza de su oponente. Pero en un golpe el rival le esquivó dejando desguarnecido su costado.

     La vieja tuerta cortó la cuerda por la mitad aunque reconoció en él a su propio hijo. El soldado cayó abatido con el costado mortalmente herido, se moría.

  

                    SOY YO

       Rasgó el silencio el importuno teléfono:

   -Sí, diga.

   -Hola, soy yo- se despachó una voz demasiado autoritaria.

   -Ya estamos. Yo también soy yo-replicó con evidente indignación.

     Pero de lo que no se daban cuenta ninguno de los dos era que la única realidad, quiero creer, es que era yo.

 

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       Cuando llegues no te olvides de llamarme…-le dijo con una sonrisa.

     Riiiiinnnnggg.

     -¿Qué tal?, soy yo-apostilló una voz plenamente desconocida, pero que le recordaba algo.

     -¿Estás seguro?-replicó desconfiado-.Yo hubiera dicho que no eras tú.

     Pero todo era mentira. Estaba seguro que eras tú. Y acababa de despedirte en el cementerio unos días después de haberte acribillado a balazos.

 

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       Desconocía cuánto tiempo llevaba dormido cuando le despertó el teléfono…

     -Perdona que te llame a estas horas, soy yo-aquella voz apenas fue un susurro.

     Los ojos que estaban sólo entreabiertos se desplegaron como platos. Notó que el vello de la espalda se le erizaba como avisándole de un peligro. Una gota de sudor amargo y frío en su frente le confirmó que finalmente no había remedio a lo acordado.

     -De acuerdo-respondió resignado.

Como un autómata se levantó de la cama. Abrió la ventana y con un solo balanceo se desplomó al vacío.

     Mientras caía sólo se le ocurrió pensar…

     -En efecto era él.

                          SOY YO

          ¿Quién soy?-me pregunto asombrado, pataleando boca arriba, sin poder darme la vuelta.

     Debo ser el escarabajo de otro cuento en espera de quedarme sin fuerzas ni ganas de morir.

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       Encontrarás el yo y el tú más dentro de ti de lo que nunca imaginaste.   

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      ¿Quién llama? Sí, soy yo. Sé que soy yo porque recuerdo que he sido. Pero no tengo intención de seguir siendo, ya que te veo en el espejo.

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     -Soy yo. Soy yo. Soy yo.

     - Por mucho que insistas no conseguirás nada más que ser un mediocre remedo de ti mismo.

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     Soy yo, pero si en algún momento llegase a ser parecido a ti, dejaría de ser yo.

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     Aunque sea yo. Si en algún momento fuera más parecido a ti, nunca dejaría de ser ya más yo.

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     Soy yo y si pretendes que en algún momento deje de serlo, pregúntate por qué quieres ser como yo.

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     Soy yo, pero no de una forma deliberada. Tú me has convertido en lo que soy.

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     Soy yo, salvo que tú me niegues, me elimines y acabes siendo sólo tú solo.

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     Soy yo y eres tú, pero nunca seremos tú y yo.

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     Soy yo, pero déjame ser como tú a mi manera.

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     Soy yo, mas solicito de todos que nunca me permitan ser como tú.

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     Quiero ser yo, pero cada vez me veo más sometido y anulado, convertido en lo que eres tú.

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     Soy yo, salvo que tú digas lo contrario. Quiero ser tu eco por encima de mí.

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     Soy yo. Soy tú. ¿Soy yo? Ya no sé quién soy.

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     Contigo no tengo ni idea de quién soy.

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     ¿Quién soy? Renuncio a sólo ser tu yo.

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     Si sólo fuera…Renuncio a ser sometido a ti.

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     Si solo fuera…Renunciaría a ser, sometido a ti.

                

                          TRANSMUTACIÓN

       Nunca creería en la tele- transmutación de la materia que defendía el doctor Hernández, ni aunque se lo jurase esa langosta gigante a la plena luz de estos cinco soles.