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Mostrando entradas de junio, 2025

DETERMINACIÓN (Relato- Segunda parte)

            ¡Cómo me recordaba aquella historia del recién llegado a aquellas otras que relataban mis antiguos amos! Pronto olvidó el actual, no obstante, el consejo y la prevención. La visita de Gayo ni tan siquiera le hizo reflexionar unas horas.      ¡Por mis cuatro patas que debería haberlo abandonado aquel mismo día! La jornada posterior a la colocación de los cebos transcurrió sin pena ni gloria, mientras él se ocupaba de disponerlo todo para una estancia prolongada en la gruta. Ya por la tarde me llevó a comprobar si habían sido eficaces las trampas cobrando alguna pieza. Sólo en una de ellas un jabalí había quedado preso de un lazo por una de sus patas. Se apeó y me ató a una encina. Yacente en el suelo, aparentaba estar medio muerto tras haberse debatido durante toda la noche en un vano intento por soltarse.      Sin embargo, al notar nuestra presencia, recuperó en parte su fortaleza, acuciado por el mied...

SOY (Poema)

        Soy el esperpento de un dios menudo, entretenido en el juego más sanguinario, enfrentando piezas de mundos sentenciados. Soy el experimento fallido en la cuenta del usurpador de un tiempo errático. Soy el espejo quebrado y sometido de un sol entre tinieblas de piedra. Soy el centro de un laberinto extraviado. Soy el eco de una voz incierta que nunca salió de la garganta, el latido de un corazón que se para. Jamás fuimos los mejores ni lo seremos, pero recorrimos todos los temores hasta tomar el peso del tiempo y poder colgarnos del aire con una palabra libre y salir de la cárcel sombría de la página. Soy la busca de la razón de vivir en el espejo limpio de una sonrisa. Sólo reclamo poder perseguir un sueño perdido, el mismo que me acompaña con el viento.

TEMÍA (Poema)

  Temía ser el hombre más solo del mundo. Y solía perder el tiempo por descuido entre los agujeros del pantalón y los zapatos, siempre buscando, irresoluto, resentido y ofuscado, otro ser igual de solitario en los albergues del silencio más voraz. Detestaba ser devorado por las fieras de la impaciencia en los caminos rectos sin haber hallado respuesta del eco en los valles despoblados y amargos. Se tatuaba a polvo y sangre en su piel su historia de bandolero de sueños por si alguien, aburrido y melancólico, quisiera dar cuenta de su cruel vacío. Reía y lloraba a la vez porque le sobraban muchas horas de estar muerto, y callaba. Al fin alzó su dedo y su protesta al cielo. Y éste le contestó con la lluvia más ácida y más indiferente, y con la tormenta de palabras de culpa más atronadora y seca. Así supo que nació para ahogarse con el hilo del velo de su propia voz en el río donde acaban todos los miserables.

RUMORES Y ESPEJOS DE BARAKALDO 25

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