Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2025

EL ANCIANO DEL CUADRO (Relato-ensoñación)

                            PREFACIO                 Lo que ocurre entre estas líneas tiene tintes biográficos. El color de los hechos, de lo que se escribe, con todo lo que trajo consigo, no podía tener otro matiz que el negro. O al menos un pigmento muy oscuro, sobre todo para quien más lo sufrió, mi abuelo. Más aún cuando era su etapa final, el borde del camino.    Todo tuvo lugar cuando la triste noticia del fallecimiento de mi abuela provocó además aquella situación añadida y nueva de frustración e impotencia.   El hombre, a causa de sus muchas enfermedades y de su dificultad motora, tuvo que acomodarse, de mejor o peor manera, a la rutina de otro hogar, el de su hija, en la que su opinión y su ascendiente, tenían bastante menos peso. Donde sus cuentas y sus cuentos sól...

RESPLANDORES NEGROS (Poema)

  Resplandores negros desde mi sombra sutil confundida con las paredes. Desde la atadura gris cemento de mi telaraña de seres ausentes. Desde cualquier rincón de mi laberinto de silencios. La mirada a solas perdida en la luz de un sol que se acaba. No se salvan las pequeñas historias con el único valor de una vida tan inútil que apenas es nada, de un amanecer que sobra. La noche se envuelve, se cierra en gasas de nubes, se arropa con sabanas de punto de estrella y mortajas secretas de hiedra; y sueñas con hilos dorados de aurora y con adormideras cosidas a las ventanas de párpados caídos, aunque con las retinas abiertas. Resplandores negros se pintan en las almas de cuerpos extintos.    

SERÉ TIERRA (Poema)

  Tierra estéril y ácida de hombres cansados por el sol en busca de sus sombras. Tierra ávida de voz sincera, consumida por el silencio. Soy tierra que yace sobre la roca. Cuando te conviertes en tierra, no existe otro dolor que la lluvia y la espera tortura del invierno. Todo lo demás no hace daño. Cuando te vuelves piedra sola, no hay muerte ni sufrir que valga en el ocaso porque todo es morir en un sueño que soporta el fuego y el viento, pero las horas y el agua la desmenuzan otra vez y, de nuevo, termina siendo tierra ácida y estéril. Jamás podrá llegar a ser arena insumisa en busca de una brizna de primavera. ¡Ojalá pudiera ser tierra fértil en una lejana pradera viva!

RUMORES Y ESPEJOS DE BARAKALDO 21

Imagen