OSCURECIDOS (Poema)
Oscurecidos. Al principio con el morir del viento nos reuníamos al final de la tarde para recordar rostros que iban desapareciendo, como nublándose de paraje en pasaje. Más tarde sólo coincidíamos a veces y nombrábamos a los desaparecidos, que definitivamente se fueron perdiendo. Luego dejamos de juntarnos en corros por miedo a que llegara el alba con la noche cosida a nuestros ojos. En ocasiones soñábamos con el día en que pudiéramos hallarnos. Después empezamos a ignorar los nombres y tuvimos la osadía de inventar nuevas memorias. Al poco nos entró la culpa de desoír a los conocidos y relegar las horas. Enseguida empezamos a rehuir encontrarnos y nos esquivábamos ante el pavor a no reconocernos. Al final fuimos espaciando los diálogos y los silencios y nos encerramos en el ayer de estas estancias abandonadas de par en par. Y cerramos puertas y ventanas. Por último, dejamos de saber de donde veníamos, hasta sospechar que nunc...