Los ojos y los ecos

                                                 ME PREGUNTO        Me pregunto quién eres. Y te escribo siempre en vela. Escribo al asesino devorador de sueños. Nunca permitiste que nos durmiéramos por envidia de que se cumplieran nuestros deseos y añoranzas. También robabas el tiempo y el recuerdo del sol que quema para que al salir el astro nos consumiera con sus rayos el aliento y la conciencia y obligarnos a estar despiertos. Recuerdo cómo cizañabas al viento para que hiriese nuestros ojos, impidiendo reconocer el cauce para penetrar solos en el sueño. Al cabo descubrí en un instante que formabas parte del ego humano, que confundías con palabras, delirios y relatos nuestros oídos, señuelos y engaños para declararnos perdid...

         Nubes tendidas a secar aguaceros de las pinzas de los pájaros, de las estelas de los aviones y en los cables de teléfonos. El aire huele a caldo y a canciones, a la bruma de la tierra recién lavada, al humo de las fábricas lejanas y a frituras de negras chimeneas. El alma se refleja y reposa boca arriba en los remansos de las aguas y en las pozas de los suicidas. La mirada se recorta entre los montes y corre y escapa ligera por las vaguadas. La voz señala y entona su viento, componiendo la letra y el nombre de la noche y de una inquieta mañana. Despertares de los sueños, nieblas que al abrir los ojos sólo recuerdan una sombra y una lágrima que resbala.

   

          DOPO    SILENZIO    PIANO                                                                                                                                   AIRON          Ahí estaba de nuevo. El sonido comenzaba si...